Lamenta la confusión generada tras la reunión de la Conferencia Sectorial de Educación de ayer
Medidas de Escuelas Católicas para atender a los alumnos más vulnerables en el contexto del COVID-19
16 de abril de 2020
Escuelas Católicas lamenta que, en un momento de tanta incertidumbre social, la suma de las declaraciones del Ministerio de Educación y de las consejerías de Educación de las CC.AA. estén generado una mayor confusión. Escuelas Católicas, antes de determinar su postura, cree que es necesario estudiar el contenido definitivo de la próxima Orden Ministerial y las adaptaciones que haga cada comunidad autónoma, pero recuerda que no es responsable ahondar en las desigualdades territoriales ni generar la sospecha de diferencias de trato entre centros.
Asimismo, el documento presentado ayer en la Conferencia Sectorial de Educación contiene numerosas medidas generales que afectan, no solo a la evaluación de los alumnos, sino a aspectos como el proceso de escolarización para el nuevo curso 2020-21, cuyos efectos hay que analizar detalladamente.
En cualquier caso, Escuelas Católicas va a seguir trabajando, como lo hace desde que comenzó esta situación, para que cada alumno aproveche al máximo las nuevas oportunidades de aprendizaje en este periodo convulso. De esta forma, los colegios de Escuelas Católicas han redoblado su compromiso y han adoptado una serie de medidas complementarias, dirigidas especialmente a los alumnos en situación de vulnerabilidad.
Por la importancia del tema, Escuelas Católicas ha elaborado un informe de situación con los datos proporcionados por 338 centros que representan a 240.715 alumnos y que nos ofrecen una muestra significativa de nuestro sector. Este informe, que se mantiene abierto para incorporar nuevos datos según se vaya disponiendo de ellos, refleja que, en su conjunto, los colegios están realizando un seguimiento de las situaciones individuales de los alumnos, analizado sus dificultades y buscado soluciones adaptadas a sus necesidades, lo que está permitiendo continuar el proceso de enseñanza-aprendizaje con cierta normalidad, realizar la evaluación del mismo, y prestar un acompañamiento pastoral y emocional tanto al alumno como a las familias.
Así, una vez identificados a los alumnos que no disponen de los medios tecnológicos mínimos o de la conectividad adecuada, los colegios han prestado sus propios ordenadores y dispositivos y están consiguiendo otros en colaboración con autoridades locales, editoriales o empresas tecnológicas. Además, se están logrando tarjetas SIM con datos y subvenciones para Internet facilitadas por algunas ONG y comunidades autónomas.
Para aquellos alumnos con acceso limitado a Internet o dispositivos, se procura adaptar los horarios de los encuentros virtuales a momentos en los que el dispositivo no se utiliza por ningún otro miembro de la familia y se complementa la comunicación a través de la plataforma con envíos de mensajes al móvil, correos electrónicos o llamadas telefónicas.
En algunos centros se está atendiendo a las familias con dificultades económicas agravadas por la situación actual y que no tienen suficientes recursos, por ejemplo, becando a familias para hacer la compra, destinando las ayudas de comedor a la realización de repartos de comida o colaborando con Servicios Sociales u ONG.
En cuanto a los alumnos de minorías étnicas o inmigrantes con desfase curricular o desconocimiento del idioma, los colegios de Escuelas Católicas están trabajando de forma coordinada con los servicios sociales del entorno, creando con ellos una vía de comunicación a través de las plataformas educativas y encargándose de hacer el seguimiento de la familia.
Atención aparte merecen los alumnos con necesidades educativas especiales. Los que tienen acceso a las plataformas educativas adaptadas reciben su material personalizado por esa vía, y con el resto se emplean mismas alternativas que las mencionadas anteriormente. Se presta acompañamiento a las familias con recursos adaptados, sesiones on-line (si es posible) y llamadas telefónicas, designando una persona de referencia que les transmite las tareas académicas y que les acompaña en cuestiones emocionales, de atención, autonomía, etc. Se elaboran actividades de audio para alumnos con deficiencias visuales y mensajes escritos para alumnos con deficiencias auditivas. Para los que presentan problemas lingüísticos, se organizan vídeollamadas con logopedas para seguir trabajando sus dificultades.
#MaestrosDesdeCasa
Escuelas Católicas, por su parte, ha abierto un nuevo apartado en su página web #MaestrosDesdeCasa en el que se ofrecen recursos tanto propios como de otras entidades que considera que pueden ayudar a los profesores en su nueva tarea. También se ofrece formación on-line específica para apoyar la teledocencia, webinars gratuitos y en abierto sobre evaluación, acompañamiento, entornos virtuales de aprendizaje…, podcast de coaching para equipos directivos, asesoramiento jurídico y pastoral, etc.
La respuesta a estas iniciativas está siendo muy positiva. De hecho, desde el 14 de marzo que se puso en marcha, la web ha recibido 63.690 visitas, casi el triple de las recibidas en el mismo período del año anterior, los webinars han sido vistos por más de 9.150 personas y más de 600 profesores han realizado cursos específicos.
Sobre Escuelas Católicas
Escuelas Católicas (EC) es la marca de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza-Titulares de Centros Católicos (FERE-CECA) y de Educación y Gestión (EyG). FERE-CECA asocia desde 1957 a los titulares de los centros educativos y EyG los representa en su vertiente empresarial desde 1989. Actualmente integra a 1.976 centros educativos católicos, la mayoría con algún nivel concertado. Gran parte de ellos son centros integrados, es decir, que cuentan con más de una etapa. Si separamos por niveles educativos hablaríamos de 1.756 centros de Educación Infantil, 1.704 de Educación Primaria, 1.641 de Educación Secundaria (ESO o FP Básica) y 776 centros de Bachillerato o FP de Grado Medio o Superior, es decir, de 5.877 entidades pedagógicas. En ellos se educan 1.216.907 alumnos y hay 102.948 trabajadores, de los que 83.682 son docentes.
Escuelas Católicas supone el 15% del total del sistema educativo y el 58% de la enseñanza privada concertada, lo que la convierte en la organización más representativa de este sector.