Dignidad y derechos humanos: necesitamos construir una sociedad más humana, más justa. “No podemos mirar para otro lado”, nos dice el papa Francisco. No podemos mirar para otro lado ante las injusticias, las desigualdades, el hambre en el mundo, la pobreza, cualquier tipo de abuso contra los más pequeños… no podemos ser indiferentes ante las personas que dejan su país por los cambios climáticos, los que huyen de los conflictos armados o de la miseria, ante la persecución de creyentes de diferentes confesiones, los ataques a la dignidad humana…
Fraternidad y cooperación: la pandemia ha evidenciado que estamos conectados en el bien y en el mal, que compartimos una misma casa común, que tenemos un mismo origen y un mismo destino, y que, cuando no nos cuidamos, surgen desigualdades, egoísmos, injusticias, marginación. El papa Francisco nos ha hablado de fraternidad y cooperación, y ha insistido en que “la solidaridad es el único camino posible en un mundo pospandemia”. “La solidaridad -añade- es una cuestión de justicia” y necesitamos provocar un cambio de mentalidad que nos lleve a pensar en términos de comunidad.
Tecnología y ecología integral: el Papa en diferentes ocasiones ha compartido sus reflexiona sobre el respeto a la creación y el cuidado de la casa común. En todas ellas nos recuerda que la tierra es una herencia común cuyos frutos deben beneficiar a todos. La realidad, sin embargo, nos muestra la debilidad del planeta y nos demanda otro modo de ejercer la economía y el progreso, un nuevo estilo de vida en el que seamos capaces de liberarnos de la esclavitud del consumismo. “Cuidemos de la creación recibida como un don que hay que cultivar y proteger para las generaciones futuras”, nos pide el papa Francisco.
Educación y promoción de la paz y la ciudadanía: en un mundo dividido y fragmentado el Papa no invita a la fraternidad y a la reconciliación entre todos los creyentes y entre todas las personas de buena voluntad. “Nuestra fe -señala el Papa- nos lleva a difundir los valores de la paz, de la convivencia y del bien común”. Se hace necesario que reflexionemos y pensemos acciones que promuevan juntamente la paz y la justicia en el mundo.
Cultura y religiones: en nuestro mundo moderno y global coexisten muchas experiencias de encuentro cultural y religioso que deberían provocar el diálogo entre las religiones. El Papa nos habla de la riqueza que supone colaborar con quienes piensan y sienten distinto con la certeza de que “todos somos hijos de Dios”, y nos apremia a impulsar y buscar un “diálogo sincero entre hombres y mujeres de diversas religiones que conlleve frutos de paz y justicia”. Donde unos utilizan la religión para agitar el fanatismo y la violencia, otros podemos buscar en la diversidad de religiones la concordia y la paz.